La sala Be Cool de Barcelona se llenó el viernes para ver a la banda inglesa Zoot Woman. No era para menos ya que llevaban demasiado tiempo en silencio, y más sin poder escuchar en directo su propuesta.
Venían a presentar su nuevo disco, “Things Are What They UsedTo Be” (2008) tras cinco años sin sacar material a la luz desde el anterior álbum homónimo, “Zoot Woman” (2003) y “Living I A Magazine” (2001).

La formación surgió allá por 1996 como un proyecto ideado por Adam Blake y el inquieto Stuart Price, también conocido como Jacques Lu Cont, famoso por sus diferentes proyectos como Les Rhythmes Digitales y por su faceta de productor de la mismísima Madonna. Más tarde se unió Johnny Blake, y ya en 2004 para los directos Bee Hatherley con el bajo y los sintetizadores. Si algo define a Zoot Woman es la capacidad de que algo nuevo suene a “antiguo” sin por ello perder la frescura. La reminiscencias a los ochenta son constantes y oyéndoles es imposible no pensar en New Order con esa mezcla de pop, rock y electrónica retrofuturista.

Tras casi una hora de retraso respecto al horario previsto, la formación salió al pequeño escenario de la sala Be Cool, como se esperaba, sin su creador Suart Price pero sí con su formato de trío y la inconfundible voz de Johnny Blake. Junto a él, Adam a la batería y Bee, la chica, al bajo. Contundentes, sin mediar palabra, comenzaron con el single de su último disco, “We won´t break”.
Si bien el sonido empezó siendo más bien deficiente pese a que es una sala que puede presumir de buena acústica, fue mejorando, y para la cuarta canción, la melancólica “Grey day”, los problemas iniciales se solventaron. Los temas iban tomando una factura más rockera que en el formato postproducido de los discos, que si bien les imprimía más potencia en directo, les quitaba por otro lado ese toque elegante de techno-rock de diseño.

Sonó “Automatic” y casi seguida “Hope in the mirror” y, si quedaba alguien (que lo dudo) sin cantar y sin bailar, en este punto el público se soltó y el ritmo comenzó a ser otro para entrar en una fase de soltarse y disfrutar. Y esto fue así pese a que Zoot Woman no imprimieron carácter a su directo como quizá yo esperaba. Tampoco sorprendieron con el repertorio y, todo hay que decirlo, fueron bastante sosos en el escenario. Pero aún y todo es innegable que cuentan con un buen puñado de singles con capacidad de esto y más. Por si quedaba alguna duda de esto y pese a no estar defendiéndolos de un modo indudable en directo, sonó la nueva “Live in my head”, de nuevo un temazo, directa y pegadiza.

Y para casi terminar, la “balada” “Snow White”, que bajó un poco el ritmo de una sala que bailaba ya frenética esperando ese tema que no terminaba de llegar. Pero lo hizo: “Living in a magazine” demostró tener el gancho de antaño pese a que la tocaron de un modo ralentizado respecto de la original. En ella se hacen patentes las confluencias del pop y la electrónica de un modo redondo.
Tras un par de canciones para terminar, una despedida que nadie se había creído, pero de todos modos daba igual, muchos nos habíamos quedado ya “viviendo en la revista” y ese fue de algún modo nuestro final…

Desde luego, si hubiera que poner nota no sabría qué hacer, sería una decisión difícil. Podríamos poner un suficiente a su puesta en escena, no del todo convincente ya que sonaban excesivamente pregrabados, los sintetizadores inexistentes sonando por todos lados. A su vez, el sonido no fue del todo bien aunque fue mejorando. Pero en cuanto a temas, tenemos que poner la nota alta, Zoot Woman cuentan con un repertorio breve, pero elegante e innovador, siendo pioneros en este revival ochentero que ahora está tan en boca de todos. Temas frescos que funcionan en directo y logran su cometido pese a no ejecutarse de un modo impecable. Supongo que ni falta que hace; bailamos, lo pasamos bien y todos contentos, lo que no es precisamente poco.







cronica by Marta Velez