2006-03-11 * carta 11

el desencanto

24 de noviembre de 2005

remitente "yonkipop"


ya vi el desencanto, la oportunidad se presento ante mi, ayer mismo, porfin
pude recibir el regalo que supuso la velada de su proyeccion.
llevo tiempo detras de panero y de mi ser nacio la sorpresa tremenda
acompañadad de sonrisa timida e incontrolable, suave y escondida, cuando en
el transcurso de cinco minuto escuchan mis sentidos el nombre del poeta y la
histora que precedia dicho nombre
has escuchado nacho vegas, espero si, fan admirador primigeneo de panero,
determinista tragico , portador de mensajes desesperanzadores pero
transparentes de la cotidianidad ignorada por las cabezas planas que poblan
el mundo,,, o nuestro mundo......
como un niño ansioso, egoistamente infantil, siento la urgente necesidad de
saber mas al respecto, estudiar la obra y poner puntos en comun entre ambos
mundos tan distantes en tiempo y forma, pero tan similares identicos en
contenido
no se si no necesitas escribir o pasa simplemente, a mi me gusta la libertad y
no mes gusta el compromiso por imposicion ninguna

te agradezco el desencanto.



la desesperanza roza mis dias, todos mis dias, los impregna de esa sensacion
oscura y vacia que es la tonica dominante en mis pensamientos y reflexiones
crei escuchar una vez que esto cambiaria y nosotros seriamos los peones en
esta guerra, contra un sistema adquirido, unas formas y unos hechos vacios
por completo, egosistas y engañosos, tan sucios y perturbados
todos los dias pienso en mi esperanza perdida y las lagrimas ya no son
espontaneas porque me dan vergüenza, la sonrisa de monalisa la adopte sin
desearlo y ahor solo deambulo perdido, con los zapatos rotos y la ropa
polvorienta, por un camino invisible hacia un fin acordado, conmigo mismo,
con mi alma eterna que me acompañara cuando por fin dejemos atras este
vertedero de abortos mentales que nos rodea en la calle, en los medios de
comunicacion y en el trabajo, rodeado de fantasmas feros y malolientes, sus
mentes enseñadas y domadas por la vulgaridad
yo odio la vulgaridad y sus portadores

la vulgaridad y el desinteres son los propietarios del desencanto,


de nuestro propio y singular desencanto.